martes, 22 de octubre de 2013

El hipocentro.

Un sinsentido, un sentimiento. Un volcán, un sentimiento.

Buscamos la playa tras naufragar en el mar embravecido, y nos desesperamos al no encontrarla. Nadamos, constantemente, las olas nos sumergen bajo en mar, y vamos descendiendo. Tocamos fondo, ese fondo marino, esa tierra oscura, profunda, que está llena de innumerables peligros, como esos temibles peces con colmillos: anguilas, peces víbora... y al mismo tiempo maravillas, tal vez un barco pirata con algún tesoro oculto en su interior, con algún misterio en su más profundo corazón.
Sólo cuando dejamos de tener miedo a la oscuridad marina comenzamos a subir, aprendemos a nadar ascendentemente. Anhelamos nuestra playa y vamos en su busca, pero el camino no es sencillo. Se puede aprender a vivir en la profundidades, tus ojos se acaban acostumbrando a la penumbra, pero luchar contra las corrientes de agua es ardua tarea y fácilmente nos dejamos arrastras de nuevo al fondo. Es más fácil.

Hace tanto tiempo que llevo en el naufragio que a veces me cuesta recordar el cálido sol de mi playa de aguas cristalinas y azulinas, de cálida y blanquecina arena. Su orilla llena de conchas, caracolas, piedras, algas... de restos rotos de ese fondo. No hace ni frío, ni calor y la humedad del ambiente no es agobiante, sino hidratante y refrescante. Y huele a fruta mezclada con el salino aroma del mar. Lo recuerdo tan perfecto que llego a pensar que jamás existió esa playa, que mi mente la ha creado para brindarme tranquilidad interna, para decirme "Ese lugar existe, ve en su busca", pero creo que miente. Que me miento. Es mi cielo personificado, simple falacia.

Tan sólo me pregunto por qué, busco respuestas, y sigo descendiendo. Tal vez no deba seguir bajando, tal vez deba seguir la vía de la inmersión, la dimensión órfica. Bajar a los infiernos, pero a los míos. Mi Esfinge.
"Mi centro está en mí", frase del gran Miguel de Unamuno. Mi centro está en mí... mi centro, en mí. Sin embargo he optado por buscarlo en otro lugar, tal vez las corrientes de agua sean capaces de llevarme al hipocentro de mi terremoto interior. Al núcleo del error, de todos los errores. Necesito encontrarme antes de que el magma de mi interior comience a brotar por la chimenea del volcán, provocado, quién sabe, por algún movimiento sísmico.

"Vamos a localizar el núcleo del error
para estudiar su forma exacta y su composición.
Vamos a saber su origen y su relación
con la suma de las partes y su imperfección".

martes, 20 de agosto de 2013

Jeux d'enfants.

Un juego, al fin y al cabo es sólo un juego de niños. Caprichoso, inestable, donde las trampas están prohibidas, pero todos son capaces de cometerlas para ganar, y si son descubiertos aquellos que las cometieron serán castigados. Un simple juego, inocente en apariencia, pero con un trasfondo a veces doloroso, a veces mezquino. Que nunca quieres que termine, que siempre crees que esa partida ha sido la mejor jugada, que no habrá otra igual.

Donde te sientes libre, confiado, corres, gritas y cantas, es sólo un juego. Un juego donde te muestras tal y como eres, sin miedo. Un juego, como el escondite o la rayuela, quieres llegar a la meta y ganar, y el premio no es más que la satisfacción personal, la felicidad interior. Una felicidad compartida, pues bien es necesario acompañante en este juego.
Como niños nos mostramos, irracionales, salvajes, descontrolados, movidos por los instintos, apartamos la racionalidad y desatamos nuestras cadenas.
Valiente. Eso es el que se atreve a jugar. Inventemos las reglas de nuestra propia partida.

¿Capaz o incapaz?

sábado, 3 de agosto de 2013

No será lo mismo imaginarte.

"Sólo quedará sin probar un sentido; 
el del ridículo por sentirnos libres y vivos".


Complicado, esa es la palabra, el adjetivo exacto que define el comienzo de esta nueva etapa. Se aproxima, y no tengo o tenemos ni la más remota idea de qué manera vamos a afrontarla, o de si la conseguiremos afrontar. ¿Cómo? es la pregunta, la pregunta clave. No, no tenemos la respuesta, sólo ideamos una posible solución para tal interrogante, una solución inestable, volátil... Y mientras quede tiempo esquivaré esa pregunta, un plan un tanto descabellado, pero no sería lo mismo imaginarte que poder estudiarte con detalles así que usaré cada segundo que pase para poner a prueba nuestra capacidades corporales. Sin querer y al mismo tiempo queriendo evitarlo, el tiempo se me echa encima, como una terrible avalancha, de la cual no puedo escapar esta vez, esta justo detrás de mí. Un gran alud de materia indefinida. 
Y mientras tanto...

"Qué bien que por mis nervios corran impulsos que me cuentan que estás en mi habitación, que no te has ido y que te tengo cerca". 






viernes, 31 de mayo de 2013

Un gran salvavidas.

A veces cometemos el tremendo error de menospreciar aquello que nos ha enseñado a ser personas, que nos ha ido formado como seres humanos.
"Jugar a hacer palabras, construirlas más largas". Supongo que algunos tenemos esa tremenda curiosidad por conocer de dónde proceden las palabras, cómo han surgido, qué significan realmente. La palabra "palabra", valga la redundancia, es un concepto abstracto, un hiperónimo que incluye miles y miles de hipóniomos, y que resulta imposible tener conocimiento de todos ellos. Pero la imposibilidad de llegar al alcance de todas esas palabras no debería suponer una rendición, sino un reto.
Es emocionante poder escuchar la primera palabra de un niño a la par que divertido ver cómo va creciendo e intentando hablar, inventándose palabras. No es una tarea fácil esto de aprender palabras, es algo que se debe ir trabajando poco a poco.
Recuerdo mis clases de Infantil, donde mi profesora Balbi nos enseñaba las letras, nos enseñaba a enlazarlas unas con otras y a construir palabras, a las cuales les añadíamos una imagen y un significado concreto. Puede parecer estúpido admirar todo esto, pero le debemos demasiado a las palabras.

Nos encontramos con otro reto por delante, pues ya sabemos construir palabras, ahora debemos jugar con ellas, escribir o recitar una detrás de otra, de manera que lo que escribamos o digamos cobre sentido o transmita algo. Aquí nace la literatura y surgen los amantes de las palabras. Sustantivos, verbos, adjetivos, determinantes, pronombres, adverbios, conjunciones y preposiciones; ocho bonitas categorías de palabras que entrelazadas unas con otras pueden crear verdaderas maravillas, pueden crear un mundo nuevo.
Si no habéis leído el artículo de "Un adverbio se le ocurre a cualquiera" de Juan José Millás os invito a su lectura. Habla sobre el sueño infantil del autor de abrir una tienda de palabras. Seguramente suene a disparate, pero a veces no vendría mal comprar unas cuantas palabras, para esos momentos en los que no sabemos qué decir. "En mi tienda imaginaria había también un aparato de palabras inexistentes, para gente caprichosa o loca", "Luego compré el piso de arriba para ampliar el negocio, pues llegó un momento en el que la gente me pedía también frases".

Aún nos queda un largo camino por recorrer para crear esos nuevos mundos, para contar esas mil historias. Supongo que muchos piensan que escribir es sencillo, que sólo se trata de sentarse en un silla frente a un pupitre con un bolígrafo y unos cuantos folios o frente al teclado de un ordenador y ponerse a ello. Pero creedme, no es sencillo. Una gran novela puede resultar una maestra obra arquitectónica, en el ámbito literario por supuesto. Como un edificio, que si falla algo en su estructura interna, puede derrumbarse. Los grandes autores de la Antigüedad, como Homero, nos han ido enseñando cómo se debe tratar a la literatura.
A veces un libro puede ser una maquina del tiempo que nos muestra la mentalidad de cada época, cómo fue transformandose cada generación, plasmando sus pensamientos e ideales con palabras. Desde el Romanticismo a las Vanguardias, pasando antes por el Realismo y retomando la actitud romántica los modernistas, y un largo etcétera. Encontramos un amplísimo abanico de tipos de crear la literatura. Uno de mis movimientos favoritos es esa literatura de mediados del siglo XX, que cansada del 'realismo social' da cabida a una realidad mezclada íntimamente con la fantasía, con lo mágico: Realismo mágico o Lo real Maravilloso. Esos autores hispanoamericanos que desarrollan técnicas narrativas y nos acercan a temas existenciales como el tiempo, lo infinito, la muerte o la propia vida. Que nos enseñan y nos hacen reflexionar.
Tal vez sería una temeridad tener que elegir entre una obra favorita o un autor favorito, pues es tan basto el mundo literario que resulta imposible poder conocerlo todo, y juzgar la mínima parte que conocemos. A veces da miedo internarse en este mundo, pues es como un gran laberinto, lleno de caminos, que te conducen hacia otros nuevos, y así sucesivamente. No hay salida y llevaría más de una vida conocer cada rincón.
Y lo cierto es que no importa si es lírica, narrativa, teatro, historiografía, sátira... Cada género literario es un mundo nuevo, cada uno nos enseña algo. Cada autor es diferente, todos ellos intentan transmitirnos una idea, o simplemente lo que ronda por su cabeza en ese momento. Quieren compartirlo con nosotros, los lectores, sus confidentes. Y ellos, los Libros, nos instruyen a nosotros, nos hacen cavilar, nos protegen, nos hacen personas con juicio y decisión propia. Ellos nos salvan. Leer nos enriquece la vida, cada palabra fomenta nuestra imaginación y nos hace creadores.

No dejéis que nos sean arrebatadas las palabras por esos tiburones que desean robarnos la libertad. "El libro, que enseña y conmueve, es además el mensajero de nuestra voz y la defensa para pensar con libertad".



"Crear un poema es como crear un árbol", dijo Vicente Huidobro. Y un árbol es vida.


domingo, 12 de mayo de 2013

Aquí, ahora.


"Sólo sé que quiero estar aquí ahora. [...] y puede que salga mal, no lo sé. Es que no quiero pensar en eso ahora. Ahora estoy aquí diciéndote esto y soy feliz, aquí, ahora. Me gusta tu cara, tu cara en este momento, y este parque con esta luz, ahora. Quiero estar aquí ahora. No quiero estar ni cinco minutos antes, ni cinco minutos después".


"Aquí", "ahora", palabras de las cuales solemos olvidar su significado. Nos pasamos la vida pensando en el porvenir, formándonos para un mañana, para un futuro. Nuestra vida está condicionada por todo lo que debemos hacer o lo que debemos ser, y nos apartamos del presente, nos proyectamos en la lejanía, en todo aquello que queremos, o que creemos querer. Nos empeñamos una y otra vez en menospreciar lo que está ocurriendo ahora mismo, nuestro "hoy", sin darnos cuenta que cada pequeño trozo de presente va formando un futuro, que cada minúscula parte es imprescindible.
Frustración, es lo que se siente cuando estás esperando que sucedan todas esas cosas que en teoría debes vivir, cuando dejas de disfrutar lo que tienes ahora: infelicidad. ¿Y si disfrutáramos más de cada momento, lo valoráramos como algo único y dejáramos de pensar en todo aquello que algún día queremos hacer? Todo eso vendrá solo, no sabemos, ni sabremos nunca, de qué manera o en qué momento, la propia vida nos lo irá diciendo.
Cada segundo, cada minuto, hora o día guarda una pequeña parte de nuestra vida, una parte que jamás volverá a repetirse -aunque ojalá fuéramos capaces de congelar un instante-, no cometamos el error de despreciarlo.


jueves, 25 de abril de 2013

La ciencia de las letras.



"Sin ánimo de lucro: por qué la democracia necesita de las humanidades"

“Si no insistimos en la importancia fundamental del arte y las humanidades, éstas desaparecerán, porque no sirven para ganar dinero.
Sólo sirven para algo mucho más valioso: para formar un mundo en el que valga la pena vivir, con personas capaces de ver a los otros seres humanos como entidades en sí mismas, merecedoras de respeto y empatía, que tienen sus propios pensamientos y sentimientos, y también con naciones capaces de superar el miedo y la desconfianza en pro de un debate signado por la razón y la compasión.”

-Martha Nussbaum

domingo, 21 de abril de 2013

Descalcémonos.

'La mentira es algo que se esconde para no tener que existir. No hay por qué desconfiar si la locura ha decidido ya por ti. Cierro los ojos y bailo al borde del tejado, ¿podría volar? Ha venido un ángel y el cielo existe, ya no tengo más que perder. Mis presentimientos han estado puliendo la verdad. Cierro los ojos y bailo al borde del tejado, ¿podría volar?
Los sueños desbordan al tiempo que la vida no puede medir, ahora ya qué importa si un día tuviera que morir. Cierro los ojos y bailo al borde del tejado, ¿podría volar? ¿Podría volar?'
-En alas de la mentira- Radio Futura.

A veces simplemente debemos arriesgar, dejarnos llevar por los impulsos, sin miedo. Pues si estamos destinados a equivocarnos lo haremos, tenemos una vida por delante para enmendar los errores. Como me dijo hace poco mi profesor de piano "Si tienes un problema que tiene solución no te preocupes, y si tienes uno que no la tiene tampoco te preocupes por él". Y creo que es de lo más sensato que he oído en mi corta vida, ¿por qué malgastar nuestro valioso tiempo, que no hace más que avanzar hacia delante sin tregua alguna, en atormentarnos con banalidades? o tal vez no lo sean, pero, ¿merecen la pena? 
¿Por qué no cerramos los ojos y nos dejamos llevar por el son de la música? Cerremos los ojos y bailemos sin miedo, sin ataduras, sin preocupaciones. Descalcémonos. La vida es un constante fluir, sí, todo fluye, eso dijo Heráclito, y no estaba equivocado. 
Bailemos al borde del tejado o andemos por lo cables.

lunes, 8 de abril de 2013

El hogar de Hipno.

'Mutua quies habitat. Saxo tamen exit ab imo rivus aquae Lethes, per quem cum murmure labens invitat somnos crepitantibus unda lapillis'.
                                                                                       -Metamorfosis de Ovideo, XI.

Cuántas veces anhelamos esa tranquilidad que no nos brinda nuestra vida metropolitana, sin quererlo nos hemos ido olvidando de cómo suena el silencio. 

Pues tal vez deberíamos emprender un viaje hacia aquel recóndito monte cóncavo, el cual esconde en sus entrañas una profunda cueva, el hogar y santuario del ocioso Sueño. Donde ni tan siquiera Febo, con sus rayos, puede irrumpir en el lugar. Tan sólo una tenue luz sale de la tierra y se mezcla con la humedad y la niebla, formándose así sombríos crepúsculos e insondables oscuridades.
Es allí donde reina la paz, donde habita el silencio, pues jamás se oirá una fiera, ni una rama movida por el viento, ni las humanas lenguas produciendo el sonido con sus palabras necias. Es allí donde debemos viajar cuando queremos huir de nuestras estresadas vidas, de la confusa algarabía que reina en rededor nuestra.
Hipno nos invita a su morada y a contemplar con nuestros, hasta el momento, exánimes ojos aquellos parajes situados en una hermosa penumbra, rodeados de hierba húmeda, por la que caminamos descalzos, dejando nuestros pies libres, sin ataduras. Sin desconfianza ni cobardía. 
Arrullados por el leve sonido de un riachuelo que emerge de entre las rocas, respiramos el aire puro como si lo engulléramos, y, dejando saciados nuestros pulmones, abandonamos el lugar como cordiales huéspedes que somos. Pero, no debemos olvidar que nuestro amable anfitrión nos aguarda perpetuamente cuando requiramos escapar de la mundana realidad.


Una tranquilidad absoluta habita el lugar. Sin embargo, desde lo más profundo de una roca, sale el río Leteo- río del olvido-,y el agua, con sus murmullos producidos por el crepitar de sus guijarros, al deslizarse, invita a los sueños.





domingo, 3 de marzo de 2013

Humanistas.

Se merecen la más hermosa de las odas.



"Verum enim amicum qui intuetur, tanquam exemplar aliquod intuetur sui".  De   amicitia, VII, Cicerón.







Anita ante portas.

domingo, 24 de febrero de 2013

Llena tus pulmones de aire para gritar: LIBERTAD.

¿Os imagináis un mundo libre? Un mundo justo, un mundo solidario. Un mundo sin guerras ni violencia, sin hipocresías de patriotismos, sin envidias, sin desigualdades, sin odio. Un mundo para todos, donde no importe de donde provengas, ni que idiomas hables, ni el color de tu piel, pues ¿qué importancia tiene eso realmente?, ¿acaso no somos todos seres humanos?, ¿no estamos en este mundo para hacer algo mejor de él? Nos empeñamos en destruirlo y, en consecuencias, nos destruimos.
Deberíamos conservar la poca humanidad que nos queda, deberíamos no continuar avanzando sin rumbo alguno, dando tumbos y tropezando sin llegar a ningún lado, no. Deberíamos deshacernos, reconstruirnos y volver a empezar. Deberíamos renacer de nuevo y poder sentirnos orgullosos de nuestra naturaleza. Vivir acordes los unos con los otros, con todo lo que nos rodea. Por desgracia, estamos obcecados en una estúpida teoría de supervivencia del más fuerte, en vez de ayudarnos a sobrevivir conjuntamente.

Lo cierto es que todo esto no es más que una utopía, pero algo bueno teníamos que tener, y ese algo se llama soñar. Afortunadamente, aún conservamos tal privilegio.







miércoles, 6 de febrero de 2013

Súbito recuerdo de medianoche.

Es curioso lo que llegamos a recodar con el paso del tiempo. A veces recordamos las cosas que, a simple vista, parecen las más estúpidas y menos importantes. Detalles que sencillamente son insignificantes. Sin embargo acaban volviendo a nuestra mente, inesperadamente. Hasta convertirse en un recuerdo valioso.

El recuerdo de aquella singular manía que tenía al comer: quitarse, ligeramente, los zapatos. Simplemente liberar sus talones de sus zapatillas, como si quisiera sentirse un poco menos aprisionado, en busca de, quién sabe, unos minutos lejos de las presiones y de los caminos marcados. O tal vez, no exista una coherente explicación para ello. No obstante, seguirá siendo una de sus llamativas manías, y uno de mis peculiares recuerdos.

Resignación e hipocresía o igualdad, libertad, justicia.


'La resignación es un producto que, como cualquier droga, duerme, duerme a la gente. Duerme a su conciencia'.
'El dominio del poder que se basa un el dominio terrible y duro, el dominio de la mente. Ese opio que cae desde los aparatos de televisor, ese opio que cae desde la sentencia de los tribunales, todos los discursos políticos, que va empapando la mentalidad de la gente y va diciendo "Calla, calla, porque si no callas puede ser peor".'
'Se busca ya, no al ser humano pensante y capaz de la reflexión, de la duda y de la inquietud, se busca al esclavo sin pensamiento'.
'El otro camino: Rebeldía. Pero la rebeldía no es un gesto altisonante, no es un grito, no es un insulto, no es una pedrada, no es una mala contestación. Es mucho más profundo. La rebeldía es un grito de la inteligencia, de la voluntad que dice "¡No me da la gana de decirle que sí a esta actual situación [...] porque entiendo que puede haber otra situación, y por tanto yo no asumo esta podredumbre, y no participo de ella, y lucho contra ella!" Y esta actitud es una actitud intelectual [...] Es un posicionamiento que da fe de la mente y del corazón, del fuego del querer cambiar [...] La rebeldía no es ni más ni menos que el posicionamiento con otros valores y la decisión de hacerle frente. Rebeldía para decir que no aceptamos que la competitividad y el mercado sean los que rijan los destinos de las sociedades.
'Costará mucho tiempo y mucho sacrificio, pero es hermoso el luchar, incluso morir por eso. Porque morir tenemos que morir, ¡muramos por lo menos luchando por un ideal noble y no consumiéndonos como un brasero!'
'Una Igualdad esencial, no igualitarismo, y dignidad de la persona por ser lo que es, persona'.
'Solidaridad, que consiste en afirmar tranquila y serenamente, que no merece la pena luchar por banderas, que la única bandera es la bandera del planeta Tierra, y la humanidad es una sola raza, una sola y única raza, y que merece la pena luchar por ella'.
'¡Levántate y piensa! Es lo más revolucionario que he visto en mi vida, porque la rebeldía empieza aquí, en la cabeza, que dice ¡no sirvo, no me da la gana, no quiero estos valores! Movilización que significa, por tanto, ese esfuerzo por pensar y por hacer pensar'.
'Un hombre culto es un hombre que mira al mundo con mirada independiente y libre'.



"EPPUR SI MUOVE".






miércoles, 30 de enero de 2013

domingo, 27 de enero de 2013

Nubes con la mente.

  ¿No ves que lo nuestro es raro?

Sigue intacto en mil pedazos y no logra romperse. Respira ileso en sus estados graves, tanto hablar del fin que ahora apenas duele. Y aún así, te reirás, volvería a revivirlo sin dudar.

Podría ser tan fácil, sería espectacular, si fueran reversibles aquellas noches de incendio. Más noches reversibles para saborear las horas más humildes con un placer más intenso.

¿No ves que si hemos perdido hemos ganado historias que contar? Más que algunos tienen. Recuerda que si caímos en picado es porque a veces fuimos nubes con la mente. Si pudiera transformar nuestras noches en un ciclo sin final. 

Podrías ser tan fácil, sería espectacular, si fueran reversibles aquellas noches de incendio. Pero eso es imposible, el tiempo ganará, entonces sólo espero que cuando vuelva a sonar  pierdas la vergüenza y grites OH, OH-OH-OH... Creo que voy a empezar a romperme. Grites OH, OH-OH-OH... Ya no me importa que mire la gente.


¡Creo que voy a empezar a romperme!
           




sábado, 19 de enero de 2013

Los engranajes suenan.

Tic-Tac     
                      Tic-tac                         


                                                                                                          tic-tac
                                                                          TIC-TAC
     TIC-tac     

              TIC-TAC                

                                 tic-tac          
 Tic-Tac  




Devora todas las cosas:
aves, bestias y flores;
roe el hierro, muerde el acero,
pulveriza la peña compacta;
mata reyes, arruina ciudades
y derriba las altas montañas.




El tic-tac de los relojes sigue sonando, sin demora, sin cesar. Sin tregua, pasa y se escurre entre nuestros dedos.


Existe una cosa muy misteriosa, pero muy cotidiana. Todo el mundo participa de ella, todo el mundo la conoce, pero muy pocos se paran a pensar en ella. Casi todos se limitan a tomarla como viene, sin hacer preguntas. Esa cosa es el tiempo.
Hay calendarios y relojes para medirlo, pero eso significa poco, porque todo sabemos que, a veces, una hora puede parecernos una eternidad, y otra, en cambio, pasa en un instante; depende de lo hagamos durante esa hora.
Porque el tiempo es vida. Y la vida reside en el corazón.



viernes, 18 de enero de 2013

Una gran paradoja esto del vivir.

Aferrarse al pasado es malo, o eso dicen. ¿Y qué hay de malo en querer revivir aquello que un día te hizo, o te hizo creer, lleno y completo? Lo llaman "el camino fácil". Y es que nos empeñamos en complicarnos la vida, porque si es fácil será que no merece la pena. O al menos eso he oído decir.

Recuerdos. Queremos revivir épocas pasadas y nos cuestionamos una y otra vez: "¿Por qué cambió, qué hice mal?" Y seguramente no encontremos una respuesta coherente, tal vez es que sean preguntas sin respuesta.

Miedo a lo desconocido, miedo al presente inestable que nos ofrece un futuro incierto e inseguro. Perdidos en un mundo extraño, indefensos ante cualquier peligro. La sociedad nos arrastra, somos como una corriente de agua. Aunque no fluimos, nos impulsamos hacia delante, pero no sabemos el destino exacto. Todos somos empujados y empujamos sin sentido alguno. Establecemos normas y parámetros que debemos cumplir, ¿y sí no los cumplimos? nos castigamos a nosotros mismos, nos damos la espalda unos a otros. O te unes al mundo o eres uno contra el mundo. Hay que hacer lo que el mundo dice, él sabe lo que está bien o lo que está mal. Pero, ¡qué equivocado está a veces!

¿Cabeza o corazón? Somos razonamiento y somos sentir, pero: "El corazón tiene razones que la razón no entiende", o eso es lo que dicen. Entonces, ¿qué sentencia nuestro camino?
"Dejarse llevar suena demasiado bien", Por experiencia sabemos que aún llevando nuestra vida controlada y con seguridad vivimos en la incertidumbre, así qué me pregunto por qué no deberíamos dejarnos llevar. Fluir sin que nos arrastren, fluir libres. Hacia delante, hacia atrás, a la derecha o quizás hacia la izquierda, seamos libres de elegir nuestro camino. Que nadie nos diga que nos estamos equivocando, que seamos nosotros mismos los que nos demos cuenta. Los que tropecemos y sigamos sin aprender, o los que hayamos encontrado la respuesta en las sombras que creíamos muertas. Nada es eterno, pero nada muere del todo, sigue quedando en esencia, sigue existiendo. La vida está llena de contradicciones.

Buscamos el camino fácil, pero nos enredamos en él, tal vez porque no nos fiamos. Si la respuesta está ante nuestros ojos seguramente la ignoremos. Nos equivocaremos, y nos preguntarán: "¿Y qué pasó? y sólo podremos contestar: "Nada, lo de siempre. La vida".

jueves, 17 de enero de 2013

Valiente, es quien ofrece una flor.

¿Presas por la sociedad o sociedad presa por el propio individuo? 

















Venganza, orgullo, arrogancia, odio, egoísmo, frustración, terror, cólera, avaricia, ira, dolor, guerra, tortura, mal, furia, violencia...INJUSTICIA.





domingo, 13 de enero de 2013

Mi rechazo.

No me gusta la arena que se queda entre las uñas y los dedos de las manos, la gente que tira un papel al suelo teniendo al lado una papelera, ni tampoco los lugares llenos de basura, los que hablan por el manos libres por la calle y parecen hablar con ellos mismos, los coches que huelen a tabaco, las ventanas con barrotes de los pisos bajos, el ruido de la ciudad cuando está aglomerada de personas, los iBooks que desprecian la belleza de los libros, el olor y sabor de la sopa, la gente que no tiene respeto por lo que hay a su alrededor y sólo piensa en sí misma, la comida que se queda entre los dientes y no poder lavártelos porque estás fuera de casa, los prejuicios, las manos secas y frías del invierno, las despedidas con un "adiós".

El infierno de cada día también se compone de minúsculas cosas que a uno no le gustan: los que se creen graciosos insultando a los demás o aquellos que ponen por excusa "era un broma" tras haber herido a una persona, tener los pies fríos y sentirme congelada de pies a cabeza, tener que intentar dormir cuando no tengo sueño porque si no a la mañana siguiente no podré mantener los ojos completamente abiertos, sentirme observaba, los lugares llenos de gente en los cuales te sientes como una pequeña hormiga sin rumbo, los finales sencillos y felices de algunas películas, que la luz de las farolas te impida ver la de las estrellas, la nieve de debajo de los coches que se vuelve marrón, los que escupen sobre el asfalto, esa situación en la que haces que escuchas algo y sueltas una pequeña carcajada en símbolo de comprensión, los mazapanes de Navidad, que la caldera se apague cuando estás en medio de una ducha y tengas que salir para volver a encenderla.
El infierno de cada día también es eso.

Personificación de El Rechazo de Manuel Vicent. Artículo de El País (12-VI-94)

http://web.educastur.princast.es/proyectos/abareque/web/images/stories/articulos/oriente/TEXTOS_CURIOSOS.pdf

martes, 8 de enero de 2013

La caja resonante.

Un solitario salón, una tenue luz que se escurre y se desliza por las pequeñas grietas, una luz que deslumbra con delicadeza la anteriormente lúgubre habitación. Allí se hallaba escondida la antiquísima caja de música.
Qué valiente aquél que quiso adentrarse en las profundidades del caos, de los cimientos derrumbados, en busca de aquella caja. Por muchos dicha maldita. Ignorantes y sordos, que no escuchan, que no sienten. 

Bom...bom...bom... Sonido taciturno, mas no extinguido, ni tan siquiera calmado. Ventanas que tímidamente retumban, sin dejar aflorar el fulgente sonido que se esconde dentro. Entrecortada respiración del viento siseante entre los recovecos de la caja aún latente. ¿Qué desgracia le depara el sino?, ¿o acaso existe aún algún afable hado en su camino? Qué desventura o qué fortuna la del poseedor de la caja maldita, la del que se atreva a buscarla y venerarla.

Retumban las paredes en una noche envuelta de aquella de la cual se desprenden gotas sin llegar a ser llovizna. En las sombras calmadas se escucha el eco de la vehemente ventisca, rompiendo y desquebrajando las paredes quebradas. Impávido o tal vez temerario, se sumerge en las profundidades. Posible insensato.
Respiración al compás de los sonidos de la hallada caja. Luz inocua que se adentra en la resonante caja recóndita.


Fryderyck Chopin – Nocturno - Op.9 No.1 en Si Bemol Menor