Escrito está en mi alma vuestro gesto,
y cuanto yo escribir de vos deseo,
vos sola lo escribisteis, yo lo leo
tan sólo, que aun de vos de guardo en esto.
En esto estoy y estaré siempre puesto;
que aunque no cabe en mí cuando en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.
Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma misma os quiero.
Cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, y por vos tengo la vida,
por vos he de morir y por vos muero.
Soneto, de Garcilaso de la Vega.