martes, 20 de agosto de 2013

Jeux d'enfants.

Un juego, al fin y al cabo es sólo un juego de niños. Caprichoso, inestable, donde las trampas están prohibidas, pero todos son capaces de cometerlas para ganar, y si son descubiertos aquellos que las cometieron serán castigados. Un simple juego, inocente en apariencia, pero con un trasfondo a veces doloroso, a veces mezquino. Que nunca quieres que termine, que siempre crees que esa partida ha sido la mejor jugada, que no habrá otra igual.

Donde te sientes libre, confiado, corres, gritas y cantas, es sólo un juego. Un juego donde te muestras tal y como eres, sin miedo. Un juego, como el escondite o la rayuela, quieres llegar a la meta y ganar, y el premio no es más que la satisfacción personal, la felicidad interior. Una felicidad compartida, pues bien es necesario acompañante en este juego.
Como niños nos mostramos, irracionales, salvajes, descontrolados, movidos por los instintos, apartamos la racionalidad y desatamos nuestras cadenas.
Valiente. Eso es el que se atreve a jugar. Inventemos las reglas de nuestra propia partida.

¿Capaz o incapaz?

sábado, 3 de agosto de 2013

No será lo mismo imaginarte.

"Sólo quedará sin probar un sentido; 
el del ridículo por sentirnos libres y vivos".


Complicado, esa es la palabra, el adjetivo exacto que define el comienzo de esta nueva etapa. Se aproxima, y no tengo o tenemos ni la más remota idea de qué manera vamos a afrontarla, o de si la conseguiremos afrontar. ¿Cómo? es la pregunta, la pregunta clave. No, no tenemos la respuesta, sólo ideamos una posible solución para tal interrogante, una solución inestable, volátil... Y mientras quede tiempo esquivaré esa pregunta, un plan un tanto descabellado, pero no sería lo mismo imaginarte que poder estudiarte con detalles así que usaré cada segundo que pase para poner a prueba nuestra capacidades corporales. Sin querer y al mismo tiempo queriendo evitarlo, el tiempo se me echa encima, como una terrible avalancha, de la cual no puedo escapar esta vez, esta justo detrás de mí. Un gran alud de materia indefinida. 
Y mientras tanto...

"Qué bien que por mis nervios corran impulsos que me cuentan que estás en mi habitación, que no te has ido y que te tengo cerca".