miércoles, 30 de enero de 2013

domingo, 27 de enero de 2013

Nubes con la mente.

  ¿No ves que lo nuestro es raro?

Sigue intacto en mil pedazos y no logra romperse. Respira ileso en sus estados graves, tanto hablar del fin que ahora apenas duele. Y aún así, te reirás, volvería a revivirlo sin dudar.

Podría ser tan fácil, sería espectacular, si fueran reversibles aquellas noches de incendio. Más noches reversibles para saborear las horas más humildes con un placer más intenso.

¿No ves que si hemos perdido hemos ganado historias que contar? Más que algunos tienen. Recuerda que si caímos en picado es porque a veces fuimos nubes con la mente. Si pudiera transformar nuestras noches en un ciclo sin final. 

Podrías ser tan fácil, sería espectacular, si fueran reversibles aquellas noches de incendio. Pero eso es imposible, el tiempo ganará, entonces sólo espero que cuando vuelva a sonar  pierdas la vergüenza y grites OH, OH-OH-OH... Creo que voy a empezar a romperme. Grites OH, OH-OH-OH... Ya no me importa que mire la gente.


¡Creo que voy a empezar a romperme!
           




sábado, 19 de enero de 2013

Los engranajes suenan.

Tic-Tac     
                      Tic-tac                         


                                                                                                          tic-tac
                                                                          TIC-TAC
     TIC-tac     

              TIC-TAC                

                                 tic-tac          
 Tic-Tac  




Devora todas las cosas:
aves, bestias y flores;
roe el hierro, muerde el acero,
pulveriza la peña compacta;
mata reyes, arruina ciudades
y derriba las altas montañas.




El tic-tac de los relojes sigue sonando, sin demora, sin cesar. Sin tregua, pasa y se escurre entre nuestros dedos.


Existe una cosa muy misteriosa, pero muy cotidiana. Todo el mundo participa de ella, todo el mundo la conoce, pero muy pocos se paran a pensar en ella. Casi todos se limitan a tomarla como viene, sin hacer preguntas. Esa cosa es el tiempo.
Hay calendarios y relojes para medirlo, pero eso significa poco, porque todo sabemos que, a veces, una hora puede parecernos una eternidad, y otra, en cambio, pasa en un instante; depende de lo hagamos durante esa hora.
Porque el tiempo es vida. Y la vida reside en el corazón.



viernes, 18 de enero de 2013

Una gran paradoja esto del vivir.

Aferrarse al pasado es malo, o eso dicen. ¿Y qué hay de malo en querer revivir aquello que un día te hizo, o te hizo creer, lleno y completo? Lo llaman "el camino fácil". Y es que nos empeñamos en complicarnos la vida, porque si es fácil será que no merece la pena. O al menos eso he oído decir.

Recuerdos. Queremos revivir épocas pasadas y nos cuestionamos una y otra vez: "¿Por qué cambió, qué hice mal?" Y seguramente no encontremos una respuesta coherente, tal vez es que sean preguntas sin respuesta.

Miedo a lo desconocido, miedo al presente inestable que nos ofrece un futuro incierto e inseguro. Perdidos en un mundo extraño, indefensos ante cualquier peligro. La sociedad nos arrastra, somos como una corriente de agua. Aunque no fluimos, nos impulsamos hacia delante, pero no sabemos el destino exacto. Todos somos empujados y empujamos sin sentido alguno. Establecemos normas y parámetros que debemos cumplir, ¿y sí no los cumplimos? nos castigamos a nosotros mismos, nos damos la espalda unos a otros. O te unes al mundo o eres uno contra el mundo. Hay que hacer lo que el mundo dice, él sabe lo que está bien o lo que está mal. Pero, ¡qué equivocado está a veces!

¿Cabeza o corazón? Somos razonamiento y somos sentir, pero: "El corazón tiene razones que la razón no entiende", o eso es lo que dicen. Entonces, ¿qué sentencia nuestro camino?
"Dejarse llevar suena demasiado bien", Por experiencia sabemos que aún llevando nuestra vida controlada y con seguridad vivimos en la incertidumbre, así qué me pregunto por qué no deberíamos dejarnos llevar. Fluir sin que nos arrastren, fluir libres. Hacia delante, hacia atrás, a la derecha o quizás hacia la izquierda, seamos libres de elegir nuestro camino. Que nadie nos diga que nos estamos equivocando, que seamos nosotros mismos los que nos demos cuenta. Los que tropecemos y sigamos sin aprender, o los que hayamos encontrado la respuesta en las sombras que creíamos muertas. Nada es eterno, pero nada muere del todo, sigue quedando en esencia, sigue existiendo. La vida está llena de contradicciones.

Buscamos el camino fácil, pero nos enredamos en él, tal vez porque no nos fiamos. Si la respuesta está ante nuestros ojos seguramente la ignoremos. Nos equivocaremos, y nos preguntarán: "¿Y qué pasó? y sólo podremos contestar: "Nada, lo de siempre. La vida".

jueves, 17 de enero de 2013

Valiente, es quien ofrece una flor.

¿Presas por la sociedad o sociedad presa por el propio individuo? 

















Venganza, orgullo, arrogancia, odio, egoísmo, frustración, terror, cólera, avaricia, ira, dolor, guerra, tortura, mal, furia, violencia...INJUSTICIA.





domingo, 13 de enero de 2013

Mi rechazo.

No me gusta la arena que se queda entre las uñas y los dedos de las manos, la gente que tira un papel al suelo teniendo al lado una papelera, ni tampoco los lugares llenos de basura, los que hablan por el manos libres por la calle y parecen hablar con ellos mismos, los coches que huelen a tabaco, las ventanas con barrotes de los pisos bajos, el ruido de la ciudad cuando está aglomerada de personas, los iBooks que desprecian la belleza de los libros, el olor y sabor de la sopa, la gente que no tiene respeto por lo que hay a su alrededor y sólo piensa en sí misma, la comida que se queda entre los dientes y no poder lavártelos porque estás fuera de casa, los prejuicios, las manos secas y frías del invierno, las despedidas con un "adiós".

El infierno de cada día también se compone de minúsculas cosas que a uno no le gustan: los que se creen graciosos insultando a los demás o aquellos que ponen por excusa "era un broma" tras haber herido a una persona, tener los pies fríos y sentirme congelada de pies a cabeza, tener que intentar dormir cuando no tengo sueño porque si no a la mañana siguiente no podré mantener los ojos completamente abiertos, sentirme observaba, los lugares llenos de gente en los cuales te sientes como una pequeña hormiga sin rumbo, los finales sencillos y felices de algunas películas, que la luz de las farolas te impida ver la de las estrellas, la nieve de debajo de los coches que se vuelve marrón, los que escupen sobre el asfalto, esa situación en la que haces que escuchas algo y sueltas una pequeña carcajada en símbolo de comprensión, los mazapanes de Navidad, que la caldera se apague cuando estás en medio de una ducha y tengas que salir para volver a encenderla.
El infierno de cada día también es eso.

Personificación de El Rechazo de Manuel Vicent. Artículo de El País (12-VI-94)

http://web.educastur.princast.es/proyectos/abareque/web/images/stories/articulos/oriente/TEXTOS_CURIOSOS.pdf

martes, 8 de enero de 2013

La caja resonante.

Un solitario salón, una tenue luz que se escurre y se desliza por las pequeñas grietas, una luz que deslumbra con delicadeza la anteriormente lúgubre habitación. Allí se hallaba escondida la antiquísima caja de música.
Qué valiente aquél que quiso adentrarse en las profundidades del caos, de los cimientos derrumbados, en busca de aquella caja. Por muchos dicha maldita. Ignorantes y sordos, que no escuchan, que no sienten. 

Bom...bom...bom... Sonido taciturno, mas no extinguido, ni tan siquiera calmado. Ventanas que tímidamente retumban, sin dejar aflorar el fulgente sonido que se esconde dentro. Entrecortada respiración del viento siseante entre los recovecos de la caja aún latente. ¿Qué desgracia le depara el sino?, ¿o acaso existe aún algún afable hado en su camino? Qué desventura o qué fortuna la del poseedor de la caja maldita, la del que se atreva a buscarla y venerarla.

Retumban las paredes en una noche envuelta de aquella de la cual se desprenden gotas sin llegar a ser llovizna. En las sombras calmadas se escucha el eco de la vehemente ventisca, rompiendo y desquebrajando las paredes quebradas. Impávido o tal vez temerario, se sumerge en las profundidades. Posible insensato.
Respiración al compás de los sonidos de la hallada caja. Luz inocua que se adentra en la resonante caja recóndita.


Fryderyck Chopin – Nocturno - Op.9 No.1 en Si Bemol Menor