martes, 22 de marzo de 2011

Agosto de 2002. Encuentro nocturno.

[...]Esa noche había en el aire un olor a tiempo. Tomás sonrió. La idea era divertida. ¿Qué olor tenía en tiempo? El olor del polvo, los relojes, la gente. ¿Y qué sonido tenía el tiempo? Un sonido de agua en una cueva y unas voces que lloraban y una voz muy triste, y unas gotas sucias que caen sobre tapas de cajas vacías, y un sonido de lluvia. Y aún más, ¿a qué se parecía el tiempo? El tiempo se parecía a la nieve que cae calladamente en una habitación negra, a una película muda en un viejo cine, a cien millones de rostros que descienden como globos de Año Nuevo, bajando y bajando hacia la nada. Así era cómo olía el tiempo, cómo sonaba y qué parecía. Y esta noche (y Tomás sacó una mano al viento fuera de la camioneta), esta noche casi de podía tocar el tiempo.[...]

 *CRÓNICAS MARCIANAS-Ray Bradbury.

martes, 15 de marzo de 2011

Madriz.

Once y cuarto, llego tarde, pero esta vez ambas llegabamos tarde. Un saludo, una sonrisa y vamonos ya, o perderemos el tren. Un viaje hasta Madrid.
Primero aquel revisor con traje marcó mi billete recien sacado. Dos amigas y una réflex en el tren. Más tren, tren "espacial", con baños malolientes y puertas mecánicas. Una parada de metro y por fin hemos llegado. Hace sol, hace calor, un día realmente estupendo para estar en Madrid, incluso la televisión se ha atrevido a recorrer las calles de esta ciudad. Sin pensarlo dos veces la seguimos, más réflex. Tiendas y una falda con una etiqueta sin cortar que nos hacia pitar. Librerías en la calle, un libro por un euro. Librerías que me dejan sin aliento, entre tanta antigüedad, entre tanta variedad de libros viejos, de estanterías por doquier. Un subterraneo que nos conduce hacia la música, vinilos de Mecano y de los Beatles, vinilos y discos y más vinilos. La una y media, más metro, un par de paradas y variedad de puestos, y otro reencuentro, otro saludo, otra sonrisa. El hambre nos devora, tres amigas y un Mcdolan's. Comida, risas, fotos e historias, sentadas en el césped de un parque, refugiadas del calor bajo la sombra de un árbol cualquiera. Es hora de levantarse y perder demasiado tiempo sentadas en el Starbucks. Que rápido se pasa el tiempo entre risas sin sentido y fotos absurdas con un café helado entre las manos. Es tarde y es hora de recorrer calles en busca de ropa o de cualquier cosa. Vueltas que nos llevan al mismo lugar y vuelve el hambre. El KFC y una coca-cola desconocida en mi chaqueta. Sentadas en la fuente devoramos la comida, ya vamos un poco tarde y mis pies se quejan demasiado. El metro de nuevo, explicaciones y despedidas, nerviosismo y las puertas se cierran, en tren se aleja y nuestra amiga con él. Y otra vez nosotras sonriendo. Trenes que no llegan y carreras por la estación, pero esta vez perdemos el tren. Tú tienes un plan B. El tren de dos plantas y otra estación más, por fin regresamos a casa. Un viaje nocturno entre canciones y fotos. Un paseo nocturno hasta casa, con nuetros pies realmente cansados y doloridos de toda esta caminata. Y tus palabras: " Ahora imaginate este día hacia atrás".
Once y cuarto, llego tarde, pero esta vez ambas llegabamos tarde. Un saludo, una sonrisa y vamonos ya, o perderemos el tren. Un viaje hasta Madrid.