martes, 20 de mayo de 2014

Cobarde ante una pared desnuda y blanca.

Cuatro paredes blancas nos observan, mientras el reloj hace retumbar el sonido del segundero en el vacío que se ha quedado. Suena el reloj en la habitación vacía, provocando un eco hueco. Y seguimos tumbados, pero no estamos, seguimos siendo observados, y nos miramos sin vernos. ¿Quién eres tú, ese que está ahí a mi lado de la cama?, ¿quién soy yo, en el otro lado?

A oscuras puedo ver lo que no quiero ver, sin escucharte puedo saber lo que me vas a decir y no quiero oír. Siento un abismo entre nosotros al rozar tu piel y mi boca no encuentra consuelo sin probarte de nuevo. Estamos perdidos entre estas cuatro paredes blancas, que nos observan, que resuenan calladas. El tiempo se ha ralentizado en esta habitación encharcada. Inundada. El tiempo y el silencio se han aliado para hacerse eternos, y de repente todo ha cambiado.


La montaña rusa ha comenzado a arrancar, y sin darme cuenta se me ha salido el corazón del pecho, está ahí, en el suelo frío, quiere dejar de sentir. Pero no le concederé tal deseo. ¿Y si cierro los ojos? Tal vez sea solo una pesadilla. Y al abrirlos de nuevo lo comprendo, lo ha sido: una pesadilla en el parque de atracciones. 






"Y quiero que sepas 
que espero que acabes 
colgando de un pino
cuando veas lo imbécil que has sido,
cuando veas que lo has hecho fatal.

[...]Quiero que sepas que me he acostumbrado
a tus putas escenas de "ahora me largo".
Lárgate ya de verdad que sería una suerte 
si no vuelvo a verte en los próximos años".








Una pesadilla que a roto todos mis sueños, desperdigados ahora por las baldosas, dime ¿los vas a recoger? Tal vez sea más fácil salir corriendo, escapar ante la adversidad, entonces ¿por qué yo sigo aquí, intentado recomponerlos? Dime cómo has conseguido escapar así, cómo has olvidado todo lo que eramos capaces de hacer.





"Mirando las paredes de este cuarto,
rezando por que vengas otra vez ,
y todo lo que habíamos hablado
es todo lo que vamos a perder.

Si nunca quise ser el único a tu lado,
si tuve miedo fue por que acabara así,
y todo el tiempo que he desperdiciado
se vuelve de nuevo contra mí".








El color del cielo se tiñe de gris, se cubre de rabia, y el reloj ya no retumba en la habitación vacía, ahora es el cielo quien resuena y hace eco en la calle desierta. Ya no es la habitación la que está cubierta de agua, ahora lo está la ciudad entera. Se derrumba el cielo ante mí y me siento fascinada y atemorizada. Rugen las nubes furiosas, sopla el viento elevando mi paraguas, y el agua torrencial me emparama hasta el alma.
Pero aún sigue la lluvia llamando a mi ventana.






No hay comentarios:

Publicar un comentario